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Los ecuatorianos de la GenX para atrás recordamos la época del sucre: su constante devaluación hasta su desaparición.
¡Hasta de niños éramos conscientes de que había una cotización del dólar!, e inflación, y constante queja de adultos de los precios.
Los más jóvenes millenials carecen de esa experiencia, por no hablar de los zoomers, que juntos hoy son la mayor parte de la población.
Lamentablemente tendrán que empezar a interesarse en el tema… Como decía Pericles, “sólo por que tú no te fijes en política, no implica que la política no se fije en ti”…
Mira este cuadro. Es el “M1”, una medida del dinero circulante líquido, cash, en este caso dólares.
Como vemos, en sólo 4 meses el gobierno de EEUU creó 34% más dólares para enfrentar la epidemia del covid.
En otras palabras: en sólo 4 meses el dólar perdió 25% de su valor; si al principio del año comprabas cierta cantidad con un dólar, ahora serían sólo 75¢.
Otras monedas del primer mundo están en similar condición; no hay una moneda dura internacional, como fue el dólar para toda latinoamérica y el mundo. Todas están devaluando.
Existe esta idea keynesiana de que en caso de crisis económica, “el gobierno debe gastar dinero para estimular la economía”. Todo el mundo la asume acríticamente, como decir: “el sol brilla”. Bastante discutible sería en sus propios méritos, si se tratase de ahorro gubernamental; pero no, casi ningún gobierno tiene ahorros, todos tienen déficit; y en caso de crisis —en esta actual creada por nosotros mismos— lo que hacen es devaluar la moneda.
El dólar durante décadas fue moneda fuerte; al menos relativamente, frente a las débiles monedas nacionales del tercer mundo. Ya no más.
¿Cuáles habían sido las monedas multiseculares? Oro y plata.
Veamos cómo se comportaron estas monedas durante las últimas décadas.
Vamos a tomar como fecha de inicio el año 1982, que es el de nacimiento de los primeros millenials, y asimismo dejamos de lado así una burbuja en los precios del oro de los años anteriores, que distorsionaría el análisis.
Como vemos, descontando asimismo una “burbuja” en 2011, luego de años de estabilidad los precios de ambos metales han tendido a subir.
Los precios indicados son de una onza de oro o plata al por mayor; una onza es del tamaño de una moneda.
Tradicionalmente también se usaba el cobre para hacer monedas de menor valor; tradicionalmente los centavos de dólar eran hechos con una aleación de cobre (ya no, ¡el cobre usado costaría más que un centavo!). Veamos el precio de la libra de cobre (equivalente a 16 onzas o monedas):
Vemos que —si descontamos los altibajos— también ha tenido una tendencia ascendente a lo largo de toda la vida de un joven millenial.
Como es obvio, oro, plata y cobre no pueden “crearse de la nada”; cuesta mucho dinero y esfuerzo arrancarlos del seno de la tierra. No así con el dinero fiat, las monedas que gobiernos pueden crear “de la nada”, diluyendo así su valor (devaluación), causando inflación (aumento de precios, pues no es lo mismo comprar con un dólar que vale sólo 75¢ de hace unos meses).
Asimismo hay que tener en cuenta que estos metales hoy no se usan como dinero, ni exclusivamente como ahorro; si bien la mayor parte del oro permanece en forma de joyas, la plata y cobre se usan mucho en industria.
Veamos la creación de dinero desde el nacimiento de nuestros millenials:
¡Ha aumentado más de diez veces!
¿Podemos suponer que ambas cosas están correlacionadas: devaluación del dólar, y aumento de precio de metales preciosos? Claro que sí.
Mucha gente no lo sabe, pero la tendencia a los precios debería ser a bajar, no a subir; avances en la tecnología hace más fácil producir mayores cantidades con menos esfuerzo y recursos, por lo que lo normal es que los precios bajen.
Lamentablemente eso sólo es posible en bienes tecnológicos, donde el avance vertiginoso supera la inflación; en los precios de demás objetos, estamos acostumbrados a que lo “normal” sea que suban y suban… lenta o rápidamente, pero sólo subir.
Según cifras oficiales de inflación, lo que en 1982 costaba $100, ahora cuesta $273 [V.]; el dólar ha perdido casi ⅔ de su valor, hoy compra sólo 37¢ comparado con el dólar de 1982; NO conserva bien su valor.
(Dicho eso, las monedas de los países latinoamericanos son peores)
El dólar ha perdido ⅔ de su valor.
Y ese proceso parece estar acelerándose.
Si proyectásemos esa devaluación al futuro, imaginemos que el dólar dentro de 30 años pierde otros ⅔ de su valor… ¡Difícilmente puede ahorrarse en un ambiente inflacionario!
Una póliza bancaria ofrece un 5% de interés anual; este año ya se ha devaluado 25% los dólares… Es imposible que nuestros ahorros puedan mantener el paso: a largo plazo es casi garantizado que perderemos dinero, pues gobiernos no resistirán la tentación de devaluar.
1. Comprar oro, plata, platino. Es seguro que mantendrán su valor a largo plazo, compensando la devaluación del dólar.
No sabemos tampoco cómo será el futuro de la banca; esta crisis la han capeado bien aparentemente, pero no sabemos qué podría ocurrir. Metales preciosos en nuestro poder NO son la obligación de nadie; no dependen el crédito de nadie más para conservar su valor.
2. Comprar CFDs de oro, plata, cobre. Si se dispone de pocas sumas, hay brokers de CFDs como Oanda.com que permiten comprar desde una onza de oro, plata o libra de cobre, por pocos dólares; sus precios siguen los futuros de esos metales cotizados en bolsas internacionales. Sería de esperarse que se revalúen a largo plazo, a medida que dólar se devalúa.
Por supuesto que al involucrar un intermediario estamos corriendo un “riesgo de la contraparte”: la compañía Oanda u otras podrían quebrar y desaparecer en el transcurso de la próxima generación. En ese sentido es preferible el oro y plata físicos.
Oanda sobrevivió sin aparentes problemas la crisis del 2008 y aparentemente sobrevivirá también esta. Por supuesto que esto NO debe entenderse como una recomendación; esto tiene sólo fines informativos, cada cual es responsable de lo que hace con su dinero, si Oanda te lo roba no es mi responsabilidad, Oanda no me paga un centavo por promocionarlos, etc.
3. Comprar criptomonedas. No es aquí el espacio para explicarlas en detalle, pero las criptomonedas en general tienen una tasa pequeña, y decreciente, de inflación, menor en todo caso a la potencial tasa infinita de las monedas fiat. (¡Ojo! No es el caso de Ripple, XRP, que sí puede devaluarse a gusto de sus creadores)
En el corto plazo, el valor en dólares de esas criptomonedas oscilará mucho; pero a largo plazo, tenderá a estabilizarse al alza, pues tienen una tasa de inflación menor al dólar.
Recomiendo limitarse a las criptomonedas más populares, que tienen garantizada una demanda a largo plazo: Bitcoin, Ethereum, Monero. De hecho, recomiendo sólo esta última, pues las otras en realidad no tienen nada de “cripto”: cualquiera puede ver el saldo de las cuentas, cualquiera puede ver los movimientos que entran y salen… Mejor sugiero usar Monero, que es verdaderamente “cripto”.
4. Negocios prósperos y bienes raíces. Los unos mueven el mundo y los otros han servido para almacenar riqueza durante milenios.
¿Qué opinas? ¿Se devaluará el dólar? ¿Conservará su valor?
ACTUALIZACIÓN A OCTUBRE 2020: En agosto del 2020, reportábamos que a ese momento se habían creado 34% más dólares por la pandemia. Pues al final la cosa resultó mucho peor:
¡Vemos que se ha quintuplicado la base monetaria de dólares líquidos circulantes!
No es de extrañar que la noticia por todas partes sea la inflación En serio, Googlea noticias de inflación en cualquier país, en cualquier moneda, y verás.
Yo llamo esto “la venganza de Trump”, pues en justicia fue él quien cuadruplicó la base monetaria, pero en realidad le “reventó” la inflación a Biden. Así que quienes tuvimos sospecha sobre la integridad de los resultados electorales de EEUU (quienes tengan dudas, vean el documental 2000 mules), quedamos vindicados por esa maldición inflacionaria…
Si quieres más ideas sobre cómo protegerte de la inflación, no dejes de comunicarte… [V.]