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LA MITAD de capacidad de refinamiento, AL TRIPLE del costo

LA MITAD de capacidad de refinamiento, AL TRIPLE del costo


Tiempo de lectura: dos minutos.

Empresa privada construye refinería con el doble de capacidad, a un tercio del costo

Se dice que la refinería del Pacífico va a procesar doscientos mil barriles de crudo diario (BPD), aunque la necesidad de refinamiento del país es de sólo ciento cincuenta mil BPD (con la idea de exportar la diferencia).

Sólo para comprar el terreno, se gastaron casi siete millones de dólares (el terreno pocos meses antes estaba avaluado en sólo ciento veinte mil dólares, es decir, se pagó más de 50 veces el avalúo anterior; avalúo que poco antes de la compra, “saltó” a ¡más de trece millones de dólares!, es decir, más de cien veces el avalúo anterior, para terminar cerrando la venta en la mitad, “sólo” 55 veces el precio del avalúo original.

Los mal pensados dan a entender que el empresario compró el terreno al precio del avalúo anterior, empleando información privilegiada —es decir, sabiendo que la refinería quería comprar ese terreno—; luego habrá movido influencias en el municipio para lograr que el avalúo suba más de cien veces, y luego revenderlo “de oportunidad, con el 50% de descuento” a la refinería; ganando por sus “servicios” de “intermediación”, ¡una utilidad mayor al 5.000%!

Pero eso son sólo elucubraciones: nuestros empresarios son todos honestos y nuestros funcionarios, aún más.

Sólo en los “estudios” previos se gastaron $260 millones, en contratos que recibieron observaciones de contraloría.

Luego sólo para aplanar el terreno se gastaron mil millones de dólares.

Por supuesto, hasta ahora sólo hay un terreno vacío. Para construir esta refinería se requieren trece mil millones de dólares adicionales, que como el gobierno no tiene, alguien le deberá prestar…, y los ciudadanos pagar.


La “refinería del Pacífico”

En total, casi quince mil millones de dólares para construir una refinería estatal que procesará 200.000 barriles diarios.

En contraste, la empresa privada en México construirá una refinería con la nueva tecnología de refinerías modulares ampliables que procesará el doble de barriles, y que sólo costará una tercera parte del costo de la refinería del pacífico.

Estas refinerías modulares son más baratas de construir, se instalan en menos tiempo, pueden instalarse junto a los pozos —para transportar directamente derivados, no petróleo crudo— y son más amigables con el medio ambiente.


Estas refinerías se transportan en barco y tráiler, como contenedores

Ese proyecto mexicano adquiere más sentido tomando en cuenta que frecuentemente en México resulta más barato importar gasolina, que producirla en el país, dejando sin piso la justificación de esos proyectos: supuestamente ahorrarse el gobierno la importación de derivados.

En todo caso, la empresa privada correrá con el riesgo de su inversión, y con las pérdidas, si no puede vender la gasolina rentablemente. NO los mexicanos a través de sus impuestos.


Refinería modular instalada

De todas maneras, si Ud. es de izquierda, y ve con envidia y resentimiento social que esas empresas “van a forrarse vendiendo un recurso de todos los mexicanos”, Ud. puede comprar acciones del principal socio de RefMex: CBRE Group, que cotiza en la bolsa de Nueva York, y así beneficiarse indirectamente del proyecto.

Pero bueno: la empresa privada puede construir refinerías a $ 16.000 por barril/día, ¡mientras que el proyecto del gobierno ecuatoriano costará $ 71.300 por barril/día!

¿Por qué pagar casi cinco veces más por la misma capacidad de refinación?

Si el proyecto tiene como fin ahorrar recursos al país, ¿cómo se justifica un costo tan desmesurado respecto al mercado? Costos tan elevados probablemente harán que el proyecto funcione a pérdida.

¡Imagínense que, luego de aumentar la deuda nacional en un 50%, resulte más barato importar gasolina que producirla aquí! ¡Toda esa “inversión” habrá sido un desperdicio!

Veamos como referencia varios precios de venta de refinerías: la refinería Hovensa que estaba en bancarrota se vendió hace poco en tan sólo $ 1.600 por barril/diario; en el septentrional estado de Dakota del Norte, fronterizo con Canadá, el gobierno construye una refinería a $ 20.000 c/BPD; algunos autodenominados expertos estiman el costo de construcción de una refinería entre $ 20.000 y $ 30.000 c/BPD; la Exxon pondrá a la venta una refinería a $ 10.000 c/BPD; Saudi Aramco va a comprar una refinería en Houston a $ 6.000 c/BPD; la Shell venderá una refinería en Dinamarca a tan sólo $ 1.200 c/BPD; Petrobras venderá una refinería cerrada en Japón a $ 1.300 c/BPD; un profesor de la Universidad de Kuwait estima que en general construir cuesta $ 15.000 c/BPD; refinerías usadas se venden desde $ 3.500 hasta $ 14.000 c/BPD.

Como vemos, los precios varían mucho, ¡pero no llegan ni a la mitad de 71.000 c/BPD!

Cuando las refinerías son construidas por empresas estatales, los costos suelen desbocarse. La refinería Pearl en Catar, para convertir gas a líquido, terminará costando ¡171.000 c/BPD! Petrobras paga entre 80.000 y 130.000 c/BPD en las refinerías que construye; en Canadá, una refinería impulsada por el gobierno de Alberta costará 170.000 c/BPD. Y tenemos nuestra refinería del Pacífico a 71.000 c/BPD.

Por supuesto que no siempre las condiciones son iguales: crudos más pesados, largas distancias desde los pozos hasta los puertos de embarque, etc. Pero si hablamos de costos que son CINCO o DIEZ veces mayores que otros, no puede uno sino preguntarse si a un país le conviene importar combustible, en vez de producirlo…

Como comentaba un articulista de opinión, si el proyecto es rentable, la empresa privada podría asumirlo, corriendo ellos el riesgo y evitando endeudar sobremanera a los ciudadanos del futuro, que serían quienes tengan que pagar esa deuda.

Algunos mal pensados atribuirán tanto interés en negociar el préstamo antes que se termine el gobierno en las jugosas “comisiones” que podrían repartirse entre los funcionarios que intervengan en el negocio, que probablemente sea “a dedo”, sin licitación, como la adjudicación del contrato de construcción.

Eso sería impensable en Ecuador, insisto; nuestros funcionarios se caracterizan por su honestidad y austeridad en el manejo de los recursos públicos, por lo que esas sospechas pueden descartarse de plano.

Pero ojalá las autoridades recapaciten y desistan de ese “negocio”, que claramente no beneficiará al país en esos términos, ni les ha de significar ninguna ventaja personal a esos funcionarios…