Clic aquí para poner guiones al final de línea. | Click aquí para modo nocturno |
Mi amigo correísta-socialista aboga porque seamos como Noruega, que tiene un gasto público de alrededor de la mitad del PIB, y alta tasa de sindicalización. Clama porque apliquemos el supuesto “socialismo noruego”.
Inútil es decirle que Noruega no se desarrolló con un gasto público de ese nivel; recién lo subieron en los años ’70, como los demás países nórdicos; durante todo el siglo XIX y la mayor parte del XX se desarrollaron con estados pequeños, incluso de menos del 10% del PIB.
(Por cierto, así se desarrollaron todos los países europeos: con estados pequeños de menos del 15% del PIB, como se ve en List of countries by government spending as percentage of GDP. Lo lógico sería imitar lo que hicieron los países desarrollados mientras se estaban desarrollando, no cuando ya están desarrollados; es como que un pobre vea a un rico viajar en avión en vez de bus, y concluya: «para salir de la pobreza debes viajar en avión, no en bus». ¡Absurdo! Hoy se sabe que un gasto público superior al 20% del PIB detiene el desarrollo y el proceso de escapar de la pobreza. Pero todo es oídos sordos con los correístas)
La eficacia de Noruega en generar riqueza con un estado pequeño se ve en el siguiente gráfico, que muestra el PIB per cápita de varios países europeos:
Eso fue por supuesto mucho antes de que Noruega empezara a exportar petróleo en 1971, así que no puede atribuirse su prosperidad al petróleo: mucho antes de exportar una gota, ya era el país europeo más próspero..
Por supuesto que mi amigo correísta soslaya (porque me consta que no lo ignora: se lo he dicho varias veces) que Noruega no es socialista (puntúa bastante alto en las listas de libertad económica); que en Noruega no hay salario mínimo, ni onerosas indemnizaciones por despido; que las empresas pagan menos impuestos que acá; que los altos impuestos personales que pagan no sustentan una burocracia elefantiásica, sino que le regresa al pueblo en forma de servicios de calidad; y que si bien es cierto hay una alta tasa de sindicalización, los noruegos serían incapaces de usar ese poder colectivo para procurarse canonjías y privilegios, como aquí.
¡Ah! Y que incluso los funcionarios públicos y trabajadores del sector privado ganan lo mismo en promedio, a diferencia de aquí, que burócratas ganan seis veces más. Y que los altos impuestos que pagan los noruegos no van al bolsillo de la burocracia central, sino que sustentan la salud y educación “gratuitas”, el estado de bienestar.
Si se analiza el hilo común de todas las políticas que propone mi amigo correísta, se ve el hilo común: todas implican desviar más recursos de la sociedad a la burocracia.
No es de sorprenderse, pues mi amigo es burócrata.
Por eso le discuto su ideología; socialismo, correísmo, socialdemocracia etc., no son sino eufemismos para su verdadera ideología: su bolsillo.
La suya es una ideología de bol$illo.
Veamos cuánto de los impuestos dedica Ecuador a burocracia.
Mi amigo correísta afirmaba que era imposible saber qué porcentaje de los impuestos se dedica a pagar sueldos de burócratas, puesto que todos los ingresos del erario van a una cuenta única, y se confunden.
Lo dicho bastaría para dejar de usar una cuenta única, y llevar cuentas separadas para distintos rubros como era antes. Pero mi amigo soslaya que su propio líder Correa afirmaba que «es falso que se necesite el petróleo … para pagar sueldos de burócratas, porque la Constitución Política del Estado prohibe financiar con ingresos petroleros el gasto corriente. El mandatario explicó que ese tipo de gastos debe ser cubierto con ingresos permanentes, como los tributos».
Entonces vemos en la proforma del año pasado (p. 15) que se pretendía recaudar 15.223’870.000 por impuestos, y se pensaba gastar 9.498‘440.000 en personal, así que un 62% de recaudación de impuestos iría a sueldos de burócratas.
Tómese en cuenta que sólo hemos incluido en este análisis el estado central; si se incluyera los organismos seccionales y autónomos, las cifras serían por supuesto mayores.
El gobierno central noruego cobra de impuestos 130 millardos (V. ceicdata.com).
En el gobierno central hay 294.121 funcionarios (V. ssb.no).
Cada burócrata central gana en promedio 49.570 coronas mensuales, es decir $5.615 al mes, es decir $67.630 al año (V. ibíd.).
Multiplicado por el número de burócratas centrales, nos da en total una masa salarial central de US$ 19.817’872.980.
Menos del doble de la del Ecuador.
Con un país que tiene PIB CUATRO VECES MÁS GRANDE.
Si en Ecuador casi ⅔ de impuestos se van en burocracia central, en Noruega sólo el 15% de lo recaudado en impuestos se va en burocracia central.
Entonces por lo visto tenemos mucho qué imitar del “socialismo noruego”. Hemos de:
¡Bastante parecido al capitalismo ese “socialismo noruego”!