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Religion is humanity's attempt to save itself from itself. [V.]
tl;dr:
1. Si tiene sacerdotes (o sacerdotisas), es religión.
Sacerdote es todo aquel que vive de divulgar y enseñar el dogma.
2. Si tiene rituales con efecto placebo, es religión.
Por ejemplo, creer que con happenings se reducirán los femicidios.
Religión es todo corpus de conocimiento que:
3. Hace afirmaciones no comprobables empíricamente/científicamente;
4. Dichas afirmaciones carecen de poder predictivo, mas sin embargo suenan plausibles para explicar post facto los fenómenos;
5 Proporciona solaz espiritual, sentido a la vida, alivio a las neurosis humanas (mientras crea otras).
★ ★ ★
Trataré de proponer un concepto descriptivo de qué es la religión, y por qué ha de aplicarse la etiqueta de “religioso” a muchas más ideas y creencias extendidas.
¿Por qué creo que es necesario hacerlo? Porque hoy en día se mira con paciente condescendencia «la atribución de existencia a entidades paranormales antropomórficas»* pero cree religiosamente en ideas más peligrosas, y que usan estrategias similares a las religiosas para protegerse.
Véase Why do atheists believe in religion? unqualified-reservations.org
Afirmo que no hay distinción esencial entre la “ilusión religiosa” y otras ilusiones.
Quiero compartir primero dos perspectivas interesantes sobre desacralizar la idea de religión:
Todas las creencias religiosas de un creyente componen lo que llamo “grupo de creencias”, y son de dos tipos:
“creencias sustanciales”: creencias sobre Dios, la vida, la moralidad, etc.; por ejemplo, «Es malo matar porque la vida humana es sagrada», «el adulterio está mal», «Dios creó el universo», etc., y
“dogmas auto-referenciales”, que son creencias religiosas (o incluso no religiosas) sobre la propia religión: por ejemplo, «el islam es el único camino hacia Dios», o «hay varios caminos hacia la misma verdad».
Entonces, ¿qué es al fin una creencia religiosa, y en qué se diferencia de otros tipos de creencias?
Afirmo que es difícil determinarlo con seguridad, pues dicha distinción es artificial; es un constructo social. Las creencias son eso, creencias; sólo cuando las creencias se refieren a otras creencias, es cuando se convierten en religiosas. La religión, en consecuencia, ¡sólo es una forma de creencia auto-referencial!
Fuente: Beliefs become religious when they become self-referential, publicado en everything2.com.
Por “constructo social” entendemos «entidad institucionalizada o un artefacto en un sistema social “inventado” o “construido” por participantes en una cultura o sociedad particular que existe porque la gente accede a comportarse como si existiera, o acuerdan seguir ciertas reglas convencionales, o a comportarse como si tal acuerdo o reglas existieran» (Wikipedia)).
Repetimos entonces, y añadimos otros items: “religiosa” es toda idea que:
no puede comprobarse/demostrarse;
carece de utilidad predictiva,
mueve a cursos de acción ridículos y poco inteligentes, y pese a dicha evidente inutilidad,
pretende exigir respeto a quienes la critican, y predispone a su defensa violenta;
Pretende no ser trivial;
impulsa al proselitismo y activismo,
es fatídica.
Beneficia económicamente a una minoría, es su ingreso.
Veamos cada punto.
De entrada, sepamos que desde este punto de vista el socialismo / estatismo es una religión.Asimismo el animalismo exacerbado. Seguro a Ud. se le ocurrirán más ejemplos. Pero entremos en materia.
Primero partamos del axioma que, por definición, toda religión son ideas. Todo el “corpus” religioso se reduce a unas cuantas ideas, o credo. Lo que caracteriza a estas ideas es que son indemostrables; se creen por fe. No digo nada nuevo aún.
¿No resulta curioso que todo el andamiaje de las religiones institucionalizadas, se puede reducir a unas cuantas ideas? Y las ideas, por su propia naturaleza, no existen fuera de la mente humana. En consecuencia, ¡la religión no existe fuera de la mente humana!
Tan indemostrable es el cristianismo como el paganismo. Históricamente se ha impuesto uno sobre el otro, pero ninguno podía presentar evidencias de que lo que afirmaban, era cierto. ¡No hay aún testimonios de más allá de la muerte!
Un animal salvaje puede devorarme; eso no es religión, porque es comprobable, verificable empíricamente. Creer que si le hago un sacrificio, no me devorará, es religión. Creer que no me devorará porque soy santo, también es religión. Explicar que «lo devoró porque no era lo suficientemente santo», también lo es.
Todos tenemos creencias irracionales, o por lo menos no justificadas. Pero no necesariamente pueden considerarse religión. Por ejemplo, la mayoría de nosotros ignora cómo funciona un microprocesador, o la televisión, o las ondas de radio, etc. Pero usamos constantemente aparatos que emplean dicha tecnología, gracias a un acto de fe.
Sabemos que hay personas que entienden cómo funcionan esos aparatos, los fabrican, los reparan, y enseñan ese conocimiento eficaz; si nos lo propusiéramos, nosotros mismos podríamos aprender esos “secretos”, y replicarlos, y dominarlos, pese a que nadie jamás haya visto un átomo, o una onda de radio.
No ocurre lo mismo con la teología, o con el conocimiento profundo de cualquier religión. No hay forma de satisfacer la inquietud de si esas ideas se corresponden con la realidad. No hay experimentos posibles, no hay una “técnica de fabricación y reparación” que pueda hacerlo indirectamente.
Quienes tengan ideas religiosas no pueden predecir el futuro. Eso vuelve inútil su conocimiento.
Un conocimiento útil permite predecir el futuro: este puente resistirá el tráfico; esta casa no se desplomará al ser habitada; la repararé y la TV volverá a encender; haz esto, y hay altas probabilidades de que vayas a la cárcel, etc.
No ocurre así con el pensamiento religioso, pues aún no sabemos si alguien se ha salvado o condenado por creer o no en él; o ha reencarnado en un ser inferior / superior, etc.
El pensamiento religioso siempre encontrará explicaciones post facto —algunas muy convincentes— para los fenómenos, tratando así de disimular su incapacidad para predecirlos.
Rezan los fieles por que llueva; si llueve, agradecerán el favor; si no llueve, se resignarán a aceptar “la voluntad de Dios”, que sabe que es mejor que no llueva. Yo también pienso así en ocasiones, de hecho.
El socialismo / estatismo tiene un peor récord de “predicciones”. Pese a que la evidencia de los estragos que causa en el estándar de vida de los pueblos, se sigue eligiendo gobiernos socialistas.
Los cristianos evangélicos se escandalizan cuando ven a los católicos “adorar imágenes”; ciertas denominaciones cristianas causan vergüenza ajena al “hablar en lenguas” y caer en trance; las inmolaciones sangrientas de ciertos musulmanes (que incluyen derramamiento de sangre inocente, animal y humana) también son incomprensibles para tantos, etc.
Gente que elige a gobiernos que los llevan al hambre y desesperación ¡y los continúan apoyando!, animalistas que alimentan perros callejeros —garantizando que habrá más perros callejeros, y caca en las aceras—, gente que cree que se logra “progreso social” imponiendo con amenazas veladas de violencia un pensamiento “políticamente correcto”…
De ahí que, como dijimos en otra parte*, mejor sea conservar la libertad de expresión: la crítica constante, el humor y el enfrentamiento de ideas en conversaciones públicas, como mejor antídoto para que no se impongan ideas tontas en las mentes. Por lo menos nos permitirá advertirlo a tiempo.
Véase 7 cosas que los ignorantes no saben de la libertad de expresión, publicado en el blog anterior.
En el item anterior mencionamos creencias sin evidencia que empleamos a diario, básicamente relacionadas con el uso de tecnología. Sin embargo, esas creencias no sustentadas no son improductivas (per se) ni nos llevan a cursos de acción ridículos o poco inteligentes (necesariamente), ni exigen respeto.
Mientras escribía lo anterior me di cuenta que, por ejemplo, la creencia en la TV o el smartphone pueden llevar a todo eso: improductividad, uso ridículo y poco inteligente por excesivo. Pero que usualmente no se exija respeto, lo libra de ser religioso.
...pese a la evidente inutilidad de dichas ideas para los no creyentes.
Desde las sangrientas controversias con los declarados “herejes” en la edad media, luego con la inquisición, llegando hoy a los yihadistas, pasando por las acaloradas discusiones familiares, o la intransigencia de feministas de tercera ola, que defienden una suerte de prerrogativa a destruir la propiedad ajena y la pública.
Basta insistir con que, si las ideas existen sólo dentro de la mente humana, y sólo ahí, no hay ideas dignas de respeto; con las personas en general podemos tener una cortesía mientras no demuestren que no la merecen; nuestro respeto se lo ganarán algunos por su trato y valía, pero ¿respeto a las ideas qua ideas? Claro que no, las hay algunas muy tontas, sólo son aire, sólo son oraciones.
Añadamos la insoportable sensación de superioridad y condescendencia que rodea a los no-triviales, ejemplificado perfectamente en estas dos escenas:
Trivial es algo a lo que no se le dedica demasiada atención: como comprar una golosina en una máquina. Algo fácil de olvidar.
Pero no: la idea religiosa no se resignará a ser trivial... Ha de estar constantemente presente en tu conciencia y en la de los demás... Trata de venderse como algo tabú, algo que no pueden criticar ni siquiera los no creyentes.
Consecuencia de que la idea religiosa no se vea como trivial, será que...
Es consecuencia de lo anterior.
Si la idea religiosa es algo “tremendamente serio”, ¿qué queda, sino comunicarla insistentemente al prójimo?
Proselitismo suena muy elegante. Fácil es caer en la tentación de imponerla al prójimo. El clásico «mi religión te lo prohíbe».
En esa misma línea, el ateísmo también puede considerarse religión. ¡Ni hablar del veganismo! Constantemente están predicando, con impaciencia e ira mal contenida.
El “progresismo” también es religión. La creencia irracional que la sociedad “progresa” porque se imponga un “pensamiento correcto” y que se reprima, no se diga la discusión, sino la mera expresión de ideas tabú. Los biempensantes terminan atacando la libertad de expresión, y así ocasionan la regresión de derechos, tendencia al autoritarismo —ellos, que tanto proclaman aborrecer el fascismo— y un empeoramiento de las condiciones sociales, al limitar el uso de la inteligencia humana. El sarcasmo —expresiones con “calorías”, pero vacías de “nutrientes” (ideas)— es la herramienta con la que ocultan la pobreza de sus argumentaciones. Pero me dejé llevar. Volvamos al tema que nos atañe.
Cabe añadir una importante excepción: religión y pensamiento mágico son similares, pero no iguales pues el pensamiento mágico es individual: cábalas, “ropa de la suerte” etc., no tiene las pretensiones de universalidad que la religión. Toda religión (según la hemos descrito) es pensamiento mágico, pero no todo pensamiento mágico es religión.
¿Qué hará una idea religiosa ante la indiferencia o impiedad ajena? La reacción “justa, proporcional” dentro de su propio paradigma será una santa ira que impulsa a redoblar esfuerzos.
Frustrada ante la indiferencia de los impíos, la idea religiosa pierde la paciencia y empieza a amenazar, y se vuelve...
Si no se las obedece, “algo muy malo pasará”: alguien será condenado al infierno, o “no te importan los pobres”, o seguirá el “asesinato de animales inocentes”, o “moriremos todos”.
Es el anverso de pretender ser no-trivial: si no hubiera mayor consecuencia de ignorarla, no deja de ser más que un ejercicio mental. La idea religiosa no se conforma con eso.
¿Hay amenazas de fuego del averno? Seguro estamos ante una idea religiosa, busca los otros signos.
Son los sacerdotes que hemos mencionado. Si alguien vive de enseñar y divulgar la idea religiosa, es un sacerdote.
Dicho lo cual, sacerdotes encontraremos no sólo en los templos... También en las universidades (los profesores universitarios, particularmente en humanidades y “ciencias” sociales, son los canónigos de hoy)... Las ONGs...
La religión también trae consigo apologistas, evangelistas, apóstoles y —ocasionalmente— mártires y suicidas.
Es común a todo pensamiento religioso creer en la capacidad de realizar prodigios, por supuesto empleando medios ineficaces para ello, de ahí el prodigio. Es un tipo de voluntarismo («actitud que funda sus previsiones más en el deseo de que se cumplan que en las posibilidades reales»), y por supuesto cuando el prodigio no se cumple, se atribuye a causas superiores, como la voluntad de Dios, conspiraciones externas en el caso del marxismo, resistencia en el psicoanálisis, etc.
Como dijimos antes, el conocimiento religioso no tiene valor predictivo, ni tampoco técnico: no puede producir un milagro generalmente.
Y podemos añadir otra característica:
Pese a que NO se pueda predecir la aparición del milagro, y la realidad constantemente desmienta nuestras creencias (los países no marxistas prosperan, pese al pronóstico de Marx; las herramientas “posmodernas” del feminismo hegemónico no logran reducir femicidios, etc.), todo eso no hace más que reforzar la fe en las doctrinas refutadas. Voluntarismo, una vez más: “es verdad porque yo lo pienso y deseo y creo en él. Por lo menos tengo esperanza. Si la pierdo ahí sí estoy seguro que NO ocurrirá el milagro”.
(No llego tan lejos a negar la posibilidad del milagro o del portento, habiendo tantos testimonios a favor de su existencia)
Pero es un sucedáneo; no nace del interior de uno, es una “franquicia llave en mano” que uno ha comprado, una paquete de cosmovisión completa, esquema dentro del cual uno trata de ajustar su vida, más o menos a la fuerza.
En consecuencia, crea neurosis pues buena parte de la experiencia propia no podrá ser incluida exitosamente en ese esquema ajeno, y por no poder uno jamás saber si se ha salvado o no.
(Lo cual, por supuesto, beneficia a los sacerdotes, pues un fiel neurótico siempre estará a su merced)
El dogma, en cuanto conocimiento valioso, será digno de ser protegido; y defendido de aquellos que quieran analizarlo, “deconstruirlo”, impugnarlo, o vulgarizarlo.
De ahí que, en presencia de religión, surja el conservadurismo.
No se sienta el lector muy progre descreído de vanguardia: recuerde que consideramos ideas religiosas no sólo las religiones institucionalizadas, sino también el feminismo, animalismo, progresismo, marxismo, estatismo..., ideas todas que impulsan a sus creyentes a defenderlas apasionadamente.
Este autor considera que la PNL (Programación Neuro-Lingüística) también califica como religión: Is NLP (Neuro-linguistic Programming) a pseudoscience?, en Quora.
Toda crítica o impugnación es asimilada dentro del sistema: “eres instrumento del demonio”, “sólo defiendes tus privilegios de clase”, “si criticas el feminismo hegemónico de izquierda fortaleces el patriarcado”, etc.; con tendencia a abarcar toda la experiencia humana con expresiones totalitarias: “todo es político”, “todo son relaciones de poder”, etc.
Pero no hablemos sólo aquello que hacer ver mala a la religión. Tiene también cosas buenas: logra que la gente se comporte mejor, se sienta más feliz.
Pero eso lo logra en cuanto a que usa el lenguaje humano. Efectos similares pueden lograr el arte, la poesía, la literatura, la música.
Como mencionamos, la religión no puede predecir que tendrá resultados para tal persona en particular, de la misma manera que no podemos predecir si una persona que conocemos se sentirá conmovida por una obra de arte, o un poema; pero es indudable que logran dicho efecto en todos nosotros.
Si lo pudiera hacer —predecir por ejemplo que la lectura de cierto poema: Invictus, If, Più Avanti!, etc., cambiará el estado de ánimo de alguien— ya no sería religión, sino ciencia: podría evaluar probabilidad de efectividad, estaría sometida a experimentación.
En resumen, la religión es parte inherente a la condición humana, a la que revertimos cuando nos enfrentamos a nuestra propia ignorancia. Es, por decirlo así, el “comportamiento default” de nuestro cerebro, una suerte de reacción al horror vacui, un grito más o menos desesperado a los demás por ayuda, por conocimiento.
De la religión surge la ciencia. De los hábitos intelectuales de la teología surgieron pensadores que ampliaron y rompieron sus límites, para darnos la epistemología que empleamos para hacer ciencia. En ese sentido, la religión sería el “caldo de cultivo primigenio” de donde surge el orden de un conocimiento comprobable. Sería condición previa del conocimiento, algo así como la enfermedad infantil que genera inmunidad adulta; pero compañera eterna del ser humano, pues la mente de nadie es capaz de albergar todo el conocimiento humano.
Insisto: son tantas las cosas que aún ignoramos, que la religión necesariamente estará presente en nuestras vidas: como individuos, y como sociedad. ¿Cómo hubiera reaccionado un habitante del medioevo frente a, digamos, una explicación de la electricidad, de la radio? Es más: la mayoría de nosotros tampoco las entendemos. Pero las usamos: sabemos que entre nosotros hay quienes dominan esa arcana ciencia, y el conocimiento se transmite.
Si a alguien le interesa, no niego la existencia de entidades no materiales que compartan características humanas.
De hecho, con un mero conocimiento de divulgación de física cuántica, con partículas con cierto grado de conciencia pues anticipan las expectativas de los investigadores, y que no están sometidas a las limitaciones espacio-temporales de la materia, lo más sensato me parece permanecer abierto a la idea religiosa; una suerte de panteísmo, si se quiere.
No hay nada nuevo bajo el sol; el budismo ya tenía esa idea pan-enteísta, sobre la simultánea inmanencia y trascendencia de lo divino.
Tampoco niego la existencia del milagro, ni de la existencia de experiencias paranormales, que tantas personas afirman haber tenido.
Quizá algún día logremos una explicación concreta (como las ondas de radio o la electricidad, que siempre existieron, pero para un habitante de la edad media hubieran parecido brujería) así que por el momento lo más prudente me parece mantener una actitud de curiosa apertura.
Quiero terminar con la conclusión del artículo de donde tomé la primera cita:
Hallamos tantas apasionadas diferencias y diversidad en el pensamiento moral secular tanto como en el religioso (y en el político por supuesto). ¿Puede pretender alguien no tener, o aspirar a no tener, opiniones sobre cuestiones morales, o evitar considerar las cuestiones morales que les afectan? ¿Llegarían a afirmar que es problemático declarar públicamente los valores morales propios? [eso, que sonaba inverosímil en 2004 cuando fue escrito, hoy es esperable, con la hegemonía del pensamiento políticamente correcto y la cancel culture] ¿No es acaso uno de los propósitos fundamentales del gobierno, declarar e imponer un sistema de valores?
Me parece que las sociedades se construyen expresando creencias morales (y por lo tanto, religiosas), no callándoselas.
La mejor manera de enfrentar la diversidad religiosa, entonces, será análoga a la mejor manera de ver la diversidad política: encontrar algo valioso en el punto de vista opuesto; aceptar que ninguna cosmovisión ha demostrado ser tan abrumadoramente perfecta como para que no haya espacio para la disensión; y mantener la mente abierta.
Principalmente admitir que podemos apreciar y considerar valiosas las ideas sustantivas de una religión («ama a tu prójimo», «ayuda a los necesitados»), aun si simultáneamente rechazamos las ideas auto-referenciales de dicha tradición (p. ej. la creencia cristiana de que «Cristo es el único camino para la salvación», o la creencia del partido Demócrata que «el partido Demócrata es el más capaz de proporcionarnos un gobierno justo»).
Las creencias religiosas son tanto más valiosas cuando se expresan apasionadamente, mientras son moderadas por el respeto a (y no necesriamente la adopción de) las distintas creencias religiosas.
En el más allá, en la contemplación de / sumergirse en lo divino, no será necesaria la fe, decía sto. Tomás de Aquino.
Hasta mientras, tendremos que conformarnos con rudimentarias ideas como éstas para aplacar la inquietud de nuestras mentes 🤷