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🇪🇸 No fueron 8 milliards Es común oír citar que “el feriado bancario costó al país 8 mil millones de dólares”. La última ocasión fue la propia Superintendenta de bancos: «¿Cuánto le costó al país el salvataje bancario y era necesario hacerlo?», pregunta el periodista; «Según la Comisión Investigadora de la Crisis Económica Financiera, creada mediante Decreto Ejecutivo 263 del 9 de abril de 2007, el “salvataje bancario” habría generado un perjuicio para el Estado y por ende para la ciudadanía de $ 8.072 millones».
Es lo que los franceses llaman idées reçues, ideas que “todo el mundo sabe” y repite, pero que no necesariamente son verdaderas. Como aquello que “tenemos el segundo himno nacional más bello del mundo, después de la Marsellesa” (muchos países latinoamericanos piensan así), o que tal ciudad tiene “el segundo mejor clima del mundo”, etc. Curioso que siempre sean “el segundo”: como si fuera demasiado audaz la mentira, si se pusieran en primer lugar.
Hay que distinguir entre “costo total al país de la crisis de fin de siglo”, crisis multifactorial por cierto [V.], y las pérdidas asumidas por el estado en el salvataje bancario.
El costo total de la crisis de fin de siglo —causada por El Niño, bajo precio del petróleo, guerra con Perú, sigatoka, mancha blanca, desastre de La Josefina, coletazos de la crisis asiática y mexicana, etc.— medido como caída de PIB en dólares, según datos del Banco Mundial es alrededor de 9,83 milliards (caída de 28,16 milliards a 18,33); así que es imposible que casi todo ese peso haya recaído en el estado central —los famosos 8 milliards— si el sector privado llevó la peor parte: destrucción de cultivos de banano, camarón y demás; infraestructuras municipales, etc.
Otro ejemplo de la imposibilidad de dicha cifra es que, al momento de desatarse la crisis, la reserva monetaria del paisito tan sólo llegaba a 1,1 milliards [V. p. 12] y los ingresos totales del PGE de ese año fueron alrededor del 25% de un PIB de 18,33 milliards [V., p.6]por lo que podríamos calcular el PGE de ese año en unos 4,5 milliards; ahí también están sueldos de burócratas, pago de deuda, salud, carreteras etc.; es imposible que el estado medio pequeño de un paisito pobre, hubiera gastado casi el doble en un rescate a bancos.
Las cifras no dejan de ser más resbaladizas de lo habitual, por ser cifras en sucres cotizadas en dólares en medio de una fuertísima devaluación; pero es lo que hay.
Adicionalmente los depósitos de la banca llegaron a 6,5 milliards y se desplomaron a 3 [V., p.20], dando una caída de 3,5 milliards; (de los cuales, no todo fueron pérdidas, sino también fugas de capital al exterior y retiros para tener en el “colchon bank”, por la incertidumbre y para hacer transacciones en efectivo para eludir pago del ICC 1%) también los préstamos cayeron a un nivel similar. Un rescate estatal no iba a superar el nivel de dinero depositado en los bancos; así que es imposible que el rescate asumido por el estado haya sido de 8 milliards si depósitos y préstamos cayeron por 3,5 milliards.
En esa misma pág. 20 se ve que las pérdidas patrimoniales de los bancos rondan los 2 milliards en los 3 años que les tomó “digerir” la crisis hasta 2021, incluyendo pérdidas patrimoniales de bancos que no quebraron; cifra muy lejana a los mencionados 8 milliards que por lo tanto consideramos imposible. En cuestión de utilidad/pérdida, las de esos 3 años a duras penas sobrepasan el milliard (p.21), así que nuevamente esa cifra de los 8 es totalmente sobredimensionada.
¿De dónde sale entonces la cifra de los 8 milliards? La primera mención que veo es el el informe “Síntesis de los resultados de la investigación” de la Comisión investigadora de la crisis económico financiera nombrada por el pdte. Correa. Ahí en la pág. 45, en el acápite: «IV. MAGNITUD Y COSTO DE OPORTUNIDAD DE LAS PERDIDAS OCASIONADAS FOR LA CRISIS», leemos: «En economía es posible establecer el costo de oportunidad de este monto de 8.072 millones de dolares. El haber incurrido en pérdidas tan cuantiosas implica que la oportunidad de financiar innumerables obras en beneficio de la sociedad mas pobre nunca se pudo lograr». Esto fue a mediados del 2007, cuando el Ec. Valencia aún era correísta.
Claramente vemos que en tres ocasiones se menciona esa cifra como “costo de oportunidad”; no es dinero contante y sonante que gastó el estado.
Esa cifra fue después recogida por la comisión anticorrupción en su sitio web que aún puede verse: observatorioanticorrupcion.ec, donde ya no se habla de “caída total de PIB” ni de “costo de oportunidad”, sino de “costo total del salvataje bancario”, induciendo al error a los incautos; pese a que enseguida menciona: «Desembolso de USD 1.600 millones de fondos del Estado para las instituciones financieras que quebraron»; ésa es la cifra alta que vamos a usar, tengámosla presente.
El sitio web del observatorio anticorrupción menciona la sentencia de la Corte Suprema donde se cita la misma cifra limpia de 8,072 milliards. El juez llega a esa cifra, citando al perito de la AGD, que cita el informe de Valencia (p.8), pero ya omitiendo la parte de «costo de oportunidad»… Una distinción tan importante “se perdió en el camino”. ¿Ven cómo, a fuer de citarse mutua y repetidamente, esa cifra se vuelve una idée reçue? “Todos saben que el feriado bancario costó 8 milliards”…
Y una vez la cuestión en manos de políticos, tienen un interés en “inflar las cifras” y atribuirle todo el peso de la cuestión al estado… La regla de hierro del activista: el activista (o político) en realidad no desea que se resuelva el problema que motiva su activismo, porque pierde su razón de ser, y se interrumple el “flujo de dinero”; siempre preferirá que el problema empeore y sea sobredimensionado.
Por supuesto no podemos pretender que el juez domine economía, ni que conozca detalles financiero-económicos en un caso penal. Sí se puede reprochar en cambio la “danza de números” que narra la sentencia más adelante, cortesía de algún obsequioso burócrata de la AGD, que cogió una cifra que representaba «costo de oportunidad al país», y la “incarnó” atribuyéndole supuesto desembolso al estado. Tarde o temprano el documento original llegará a mis manos. Pero recordemos la imposibilidad de que el estado haya pagado un “rescate” del tamaño de todo el PGE de ese año.
¿Cuál es la cifra más realista? Entre 1 y 2 milliards. Lo dicen sin ambages las propias fuentes correístas —siempre empeñadas en sobredimensionar el problema— una y otra vez, y es curioso que la cifra realista suela acompañar a la sobredimensionada.
El BCE correísta mencionaba en 2010 casi 1,1 milliards [V.].
El informe de Valencia que claramente hablaba del «costo de oportunidad», lo dice literalmente (p.58): el «“Patrimonio Negativo de Instituciones Financieras en Saneamiento”, costos de saneamiento más hueco patrimonial inicial al 31 de diciembre de 2005, “en el que aparece el Banco del Progreso con el 55,71% del total de costos”»; sabemos que el “hueco” del Progreso —55% del total— era de casi un milliard, así que el total no iba a superar los dos milliards.
Continúa el informe de Valencia (p.71): «la sumatoria de estos 610 millones de dólares por pérdida en la recepción de cartera incobrable, más los 568 millones de dólares en la recepción de CDRs, determinan los 1.178 millones de dólares de pérdidas patrimoniales determinados en el informe de los técnicos de la Corporación Financiera Nacional». Ése es el “umbral bajo” que determinamos.
La agencia de noticias correísta Andes lo dice claramente [V.]: el gobierno congeló fondos de bancos locales por 1,8 milliards; en total (incluyendo mutualistas y banca offshore) por casi 2,7 milliards; mal puede el rescate ser más del triple de los depósitos congelados. Además: «unos 17 bancos fueron cerrados por malos manejos, créditos vinculados y otras irregularidades. El Estado salió a su rescate con un "salvataje" que se hizo con bonos AGD por unos 1.400 millones que luego los bancos no pagaron». Ése es el verdadero coste.
Wilma Salgado, mencionada por la propia comisión, no considero sea una fuente confiable, por haber dirigido la AGD, por su militancia en la extrema izquierda, y por su poca prolijidad con las cifras. Pero en medio de la consabida “danza de cifras”, incluso ella habla de sólo un milliard en préstamos no recuperados [V.p.14]
La propia comisión anticorrupción menciona 1,6 milliards en su página [V.], pese a que recoge la misma confusión de los 8 milliards.
El propio diario público correísta El Telégrafo lo publica [V.]: «Desembolso de $ 1.600 millones de fondos del Estado hacia los bancos quebrados … El estudio develó que el banco del Progreso generó una pérdida patrimonial de $ 997’204.222,66 … los hermanos Roberto y William Isaías y Juan Franco Porras aparecen en la lista con una deuda al Estado que suma $ 661’500.000,00, como representantes de Filanbanco. Además, Iván Landes Guerrero, representante del Banco Popular, tiene una demanda por $ 237’839.345,77. Del Banco de Préstamos figuran Mario Alberto Larrea Vasco y José Peñafiel Escalante por $ 229’137.919,68», lo que da una suma de 2,1 milliards; cifra corroborada por el banco central en su repositorio [V.]: «La pérdida patrimonial de todas las entidades financieras cerradas a marzo del 2010 era de 2.243'945.799 dólares. Así lo publicó en esos días la Superintendencia de Bancos. Además de recuperar los fondos, el Ejecutivo ha puesto en marcha un cronograma para pagar a los acreedores».
Si el “hueco” llegaba a 2,2 milliards y el estado algo habrá recuperado al fin y al cabo luego de incautar los bancos y empresas afines, llegamos a esas cifras, que rondan 1,1 y 1,6 milliards. El rescate NO iba a superar el hueco patrimonial en ningún caso, ni tampoco se pagó inmediatamente, sino en el transcurso de unos años.
Y como dijimos en otra ocasión: esas cifras equivalían al gasto público ¡de dos semanas! en el apogeo del correísmo, para ponerlo en perspectiva. Sí, el estado asumió pérdidas de bancos, que no le correspondían; pero luego se sacó la lotería petrolera, y esa pérdida no quedó sino como “dinero de bolsillo” para el nuevo rico estado ecuatoriano.
Adicionalmente, varios casos de corrupción del correísmo superan el umbral alto de los 8 milliards, a lo que debemos sumarle incluso las pérdidas causadas por las marchas de Iza, que superan como hemos dicho antes el dinero desembolsado por el estado para rescatar los bancos. ¿Quién lo hubiera creído? ¡El gobierno de Correa y las protestas de Iza, tan aclamadas por la izquierda, han causado mucho más daño que el evento más traumático de la historia reciente!
CONCLUSIONES: NO fueron 8 milliards de costo, algo imposible si la caída TOTAL del PIB en esos 3 años de crisis sólo fue de 9; el estado NO tenía tanto dinero, si el PGE era de menos de 5 milliards, y las reservas eran de tan sólo 1,1 milliards; además ni de lejos eran tan grandes los fondos congelados, ni tampoco el “hueco” patrimonial llegaba ni a la ¼ de esa cifra. Por lo tanto, el dinero contante y sonante realmente desembolsado por el estado ecuatoriano para salvar a los depositantes de los bancos (no a los bancos, pues los accionistas perdieron todo su patrimonio y enfrentaron causas penales) fue de entre 1,1 y 1,6 milliards.